Exmundialista Moisés Villarroel participó en encuentro con funcionarios de Odontología
En la actividad de camaradería también tomaron parte estudiantes y docentes, quienes jugaron un atractivo partido de baby-fútbol con el ídolo caturro.
Un distendido encuentro de camaradería que como actividad principal consideró un partido de baby-fútbol que contó con la presencia del exjugador de Santiago Wanderers y Colo Colo e integrante de la selección nacional que participó en el mundial de Francia 98, Moisés Villarroel, organizaron los funcionarios de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.
Un distendido encuentro de camaradería que como actividad principal consideró un partido de baby-fútbol que contó con la presencia del exjugador de Santiago Wanderers y Colo Colo e integrante de la selección nacional que participó en el mundial de Francia 98, Moisés Villarroel, organizaron los funcionarios de la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.
La iniciativa también contó con la participación y respaldo de estudiantes y profesores, y del decano Gastón Zamora, quien valoró y destacó su realización, por entender que la misma promueve la integración y el espíritu de sana convivencia al interior de dicho plantel académico.
La visita de Moisés Villarroel, quien llegó a la Facultad acompañado de su hijo Martín, fue gestionada directamente por los funcionarios Guillermo Aguilera y Luis Espinoza, ambos integrantes de la comisión de organizadora del encuentro.
Finalizado el partido, los asistentes compartieron un coctel que formó parte en un animado “tercer tiempo”, al final del cual los funcionarios agradecieron al exmundialista y eterno capitán caturro su presencia. Acto seguido le hicieron entrega de una serie de obsequios especialmente dedicados.
“Sin duda ha sido un placer compartir con mis amigos de la Facultad de Odontología de la UV. Lo único que lamento es que durante el juego me trataron demasiado bien, casi ni me marcaron. No sé si fue porque me cuidaron mucho o por otra razón”, comentó este último entre risas.
El partido
El partido se jugó en la cancha de baby futbol de la Escuela de Odontología y lo disputaron –en dos tiempos de 20 minutos cada uno- los equipos de Los Panzeros y Los Albos sin Garra. Ambos presentaron alineaciones que sufrieron constantes modificaciones y traspaso de jugadores entre ellos mismos. Oficialmente, los organizadores indicaron que la medida fue para que todos pudieran compartir con Moisés Villarroel, pero en camarines trascendió que la auténtica razón fue la necesidad de resguardar el estado físico de los protagonistas.
Las respectivas alineaciones estuvieron integradas, indistintamente, por los funcionarios Luis Unda, Gabriel Moreno, Claudio Muñoz, Luis Mejías, Francisco Jiménez, Guillermo Aguilera y Luis Espinoza, quienes contaron con los refuerzos de los docentes Luis Guerrero y Francisco Merino, y de los estudiantes Joaquín Arrué, Felipe Castillo y Camilo Madariaga.
Como árbitros oficiaron los funcionarios Humberto Soza y Ricardo Escalante, mientras que las barras estuvieron a cargo de Gloria Toledo, Ximena Azócar y Roxana Palma. El veedor del encuentro fue el decano Gastón Zamora.
Las mejores acciones se registraron en la primera fracción. Los Albos sin Garra dominaron en base al buen juego que mostró en mitad de campo Moisés Villarroel, y a las demoledoras entradas de Guillermo Aguilera y Claudio Muñoz. El primero marcó cinco tantos y el segundo uno solo, pero de gran factura.
El marcador pudo haber sido más amplio de no haber sido por el buen cometido del portero de Los Panzeros, Francisco Merino, y de Luis Guerrero, un patrón en la defensa. Y, por cierto, gracias a un certero disparo de Gabriel Moreno que infló la red contraria.
En el segundo tiempo bajó en intensidad, aunque a ratos exhibió buen juego en los pies de la dupla de Moisés y Martín Villarroel, esta vez jugando a favor de Los Panzeros, que dominaron las acciones.
La nota negra la puso el descalificador foul de Francisco Jiménez a Camilo Madariaga, quien recibió una patada demoledora que lo hizo rodar por el campo de juego. Sus compañeros reclamaron a los árbitros, que ni se inmutaron y solo atinaron a decir “play on, play on”.
